Participación en MINGA stream: MSN | Octubre 2025




Pasé por MINGA stream para hablar sobre cómo las redes sociales transformaron nuestra autopercepción y la forma en que valoramos el mundo. Como todo medio masivo, influyen en la construcción de sentidos y lo hacen con una clara intencionalidad. En el caso de la imagen corporal, operan dentro del “mercado de la inseguridad”: se nos señala lo que está “mal” para volvernos inseguras y vendernos soluciones. Así, la industria de la belleza se sostiene sobre la creación de cuerpos “defectuosos” y la promesa de corregirlos.

Diversos estudios evidencian que el uso intensivo de redes incrementa la insatisfacción corporal y los trastornos alimentarios, sobre todo entre adolescentes y mujeres. En la clínica, este malestar aparece como algo generalizado, influido por las comparaciones, la validación externa y la autoexigencia. Según la teoría de la comparación social de Festinger, tendemos a evaluarnos frente a otros, y en redes, esa comparación se da con cuerpos e ideales inalcanzables que se imponen como modelos posibles.

La belleza hegemónica es, por definición, inalcanzable: solo así se sostiene la hegemonía cultural y el negocio de la estética. Intentar cumplir esos estándares genera frustración, culpa y vergüenza, y hace que la autoestima dependa de la apariencia y de la aprobación ajena. Aunque hoy se muestra más diversidad corporal, no es suficiente: los cuerpos no hegemónicos siguen ocupando lugares secundarios o ridiculizados, lo que perpetúa el estigma.

Para cuidar la salud mental, es clave desarrollar pensamiento crítico frente a las imágenes idealizadas, educar el algoritmo eligiendo conscientemente qué contenido seguir, y fortalecer espacios donde la identidad no dependa del cuerpo. Si la preocupación por la imagen se vuelve compulsiva o impide disfrutar, buscar ayuda profesional es fundamental.

Link al programa: https://youtu.be/pHKGpcfErkA?list=PLZ26PPNCT-sFgWTe5RPP5JltEJpTr-9G9